A un kilómetro

Salgo todo lo rápida y silenciosamente que puedo, que no es mucho. Cuando salgo al pasillo me sorprendo, ya que es de noche y solo se ve gracias a la tenue luz lunar.
Como bien pudisteis comprobar, romper vasos, tirar mesas y estrangular lagartijas no se me da mal del todo. Peo lo que tengo que hacer ahora es mas difícil: salir de aquí rápida y silenciosamente.
Voy caminando por los pasillos, temblando por la presión, ya que, como dijo el Presidente Snow, de la dirección que tome depende mi vida.
Voy palpando algunas puertas mientras mis ojos se adaptan a la oscuridad. Sigo andando por los interminables pasillos, en busca de la luz que indique que estoy a salvo.
Me quito los zapatos para hacer menos ruido.
En estos momentos, odio a ese hombre con toda mi alma... ¿Como puede hacer eso?¿Como es capaz de chasquear los dedos y... ¡ZAS! Cargarse un distrito? No entiendo como no piensa en las consecuencias que puede traer eso. Odio a ese hombre y estoy seguro que, si lo hubiese pensado mejor, lo hubiese ahorcado del todo. Recuerdo unas palabras de mi padre: "Peeta, el odio no es bueno. Cuando te moleste algo que diga o haga alguien, ponte sus zapatos y anda un kilómetro con ellos". Como me gustaría hacer eso. Así estaría a un kilómetro de esa sanguijuela y tendría sus zapatos, cosa que me daría cierta ventaja.
Pensando, me doy de bruces con una mesita y el jarrón que había sobre ella esta en precario equilibrio. Hago un pequeño derrape, justo a tiempo para coger el jarrón con ambas manos. Miro a los lados, para ver si hay alguien. No veo a nadie. Suspiro. Me fijo en una puerta entre abierta, de la que sale una luz. Voy hasta allí, con el jarrón aún en la mano. Cuando veo los instrumentos de tortura y a los tres agentes rodeando a una Johanna muy desmejorada, abro los ojos como platos y se me desliza por las manos el jarrón que tenía en la mano. El jarrón aterriza en mi pie, que esta descalzo:
-¡¡¡Ahhh!!!¡¡¡Diossssss!!!-grito sin pensar.
Los agentes se vuelven. Lo de ser silencioso no me ha funcionado demasiado bien. Salgo corriendo a toda pastilla, derrapando con los pies descalzos por el corredor. Ca da paso duele a horrores por culpa de los pedazos de cerámica que tengo en los pies. Los agentes me persiguen. Me escondo en una habitación vacía y los despisto.
Descanso y me quito los pedacitos de cerámica del pie. Sangro. La habitación tiene baño, por lo que uso papel higiénico para vendarme el pie.
Me calzo de nuevo, ya descansado y me preparo para salir echando leches de este sitio. Me preparo para correr. Abro la puerta y salgo pitando. Nadie me sigue.
Cuando llego al exterior, me pongo a gritar moviendo los brazos:
-¡¡¡¡¡Holaaaaaa, sooooy Peetaaaaa Mellaaaaaaark y tengoooo diecisieeeteeeeee añooooos!!!!! ¡¡¡¡¡Soloooo quierooo saliiiir de aquíiii!!!!!¡¡¡¡¡ Nooo quierooo volveeeer a miiii jauluchaaa deeee malaaa muerteeeee!!!!!¡¡¡¡¡Vamooos, siii meee conoceeeeis, sooooy eeel ganadooor de los septuagésimooos cuartooos Juegoooos deeel Hambreeeee!!!!!
Cuando solo obtengo la respuesta de mi eco me doy cuenta de que estoy en un jardín, no en las calles del Capitolio. No me sirve de nada gritar, a no ser que cuente que me atrapen.
Como espoeraba, alguien me atrapa por detras, poniendome algo en la boca que hace que se me cierren los ojos poco a poco.

bualá! mi obra maestra!! jaja

leerla pliss

jajaja es mu buena

esqe lo de el pie en el vater me pasó a mi jajaja
cuando me hago una erida y no quiero qe nadie se entere, cojo una buena racion de papel higienico
esta me la tome un poco a coña, para qe no sonara muy dramatico
jaja
a mi me gusta lo del km y los zapatos jaja