The girl on fire Montando algunas trampas de deshaces de algunos adversarios, quedais 10 tributos
Mensajes : 651 Fecha de inscripción : 30/09/2010 Edad : 29 Localización : Argentina
| Tema: Ilusión [Concurso de relatos cortos] Miér Oct 20, 2010 12:58 pm | |
| Hola gente, me paso a postear el relato ahora porque no sé si voy a poder hacerlo después, son 3 páginas en word. Sinceramente no sé que onda, no tengo inspiración, estoy deprimida. Justo cuando creia que ya me olvide de mi ex y de que es un pelotudo y que ya lo supere a él no se le ocurre una mejor idea que volver a aparecer en mi vida. Y en serio me dan ganas de matarlo y de al mismo tiempo llorar, porque todavía lo quiero. Y no sé que mierda hago contando esto acá, ya sé que aburro y soy patética. El punto es que el relato lo dejo ahora porque necesito un respiro y no sé si me voy a aparecer en los días que vienen, está más o menos pero bue; ojalá les guste. Ah, y he intentado que el idioma paresca lo más neutro posible, osea que no se note el acento argentino jaja.
Ilusión.
- ¡Tif, Tif, despierta! - ¿Quién te dio permiso de entrar en mi habitación, mocoso? – le gruñí, si había algo que odiaba era cuando mi hermano pequeño se metía en mi cuarto, y encima me despertaba a los gritos. Creo que sigue con vida sólo por que no quiero terminar en la cárcel. - ¡Tiffany, hoy es halloween! ¿Sabes lo que eso significa? - ¡Lo único que sé es que vas a estar en coma por una semana si no te vas ya de acá! Sam se largó. Bien, un problema menos. Volví a cerrar los ojos, tapándome hasta la cabeza con las sábanas. Halloween, suspiré. Odiaba esa celebración. En serio ¿cuál es el sentido? Cuando eres más chico está genial porque te llenas de dulces pero sino realmente apesta. Imagina miles de niños tocando el timbre de tu casa, molestando, para conseguir caramelos y esas cosas. Además me hacía recordar mis días en el hospital psiquiátrico, esto mi hermano no lo sabía obviamente, pero para esa fecha la gente se volvía más loca de lo normal (que irónico) y encima nos daban unos caramelos horribles. Sí, tengo 16 años y ya estuve en un loquero. No fue porque maté a alguien ni nada por el estilo, no. Es que cuando tenía 14 un maniático asesinó a mi tía y yo no soy una persona normal; así que en vez de llorar su muerte y todo eso no se me ocurrió nada mejor que sumirme en una monotonía absoluta: no comía, no hablaba, ni me movía, estaba en shock. Yo la quería mucho, ya sé que no es excusa; pero ni siquiera el día de hoy yo o los médicos podemos decir exactamente porque reaccioné así. Creo que en realidad fue porque yo la consideraba a ella como mi madre (mi madre biológica murió cuando tenía 5 años). Igual ahora ya estoy bien, salí de ese horrible lugar hace un año más o menos y estoy viviendo en mi casa con mi papá y mi hermano. Me levanté de mi cama con pereza, me cambie de ropa (ropa normal, no soy de esos que se disfrazan) y bajé las escaleras para ir a la cocina a desayunar. Sam ya estaba terminando de comer y tenía el disfraz puesto, era un hombre lobo; o por lo menos eso fue lo que pude deducir de su extraña apariencia. El resto del día no hice nada interesante. Cuando oscureció un poco, decidí salir a ver como habían decorado los alrededores. Mi papá estaba trabajando y mi hermano ya se había ido, por supuesto. Afuera, todas las casas tenían al menos una o dos de las típicas calabazas huecas alumbradas desde su interior con una vela. A mi alrededor veía cientos de chicos disfrazados: escurridizos fantasmas, aterradores hombres lobo, brujas con ‘‘pócimas’’ dentro de su caldero, vampiros con sangre en sus colmillos y uno que otro esqueleto. Continué caminando hasta toparme con mi prima, Amy (sí, era la hija de mi difunta tía). Siempre andábamos juntas, es la persona con la que mejor me llevo en el barrio. Pero algo andaba mal con ella: su rostro estaba más pálido de lo normal, y tenía grandes círculos negros debajo de sus ojos; se veía más vieja, cansada. Nos saludamos y continuamos caminando juntas. Dudé si preguntarle o no qué le pasaba, pero antes de que me decidiera ella ya estaba hablándome. - Tif, hay algo que necesito contarte – pude ver cómo temblaba al pronunciar las palabras. Bien, allá vamos. - ¿Qué pasó? ¿Está todo bien? – era obvio que no, no sé porque pregunté aquella estupidez. Y, entonces, mi prima rompió a llorar en frente mío. Amy, a la que nunca le vi ni una sola lágrima deslizarle por su rostro, ni siquiera cuando su madre falleció. Ya sé que no lo parece, porque no soy de mostrar mis sentimientos y esas cursilerías, pero me partió el alma verla así. Ella era mi prima, y yo la quería muchísimo. Algo realmente malo tenía que pasar para que ella estuviera así. Le dije que se tranquilizara, que respirara hondo. - Andrew Mors –me dijo. Esperen, yo conocía ese nombre; aquel hombre solía ser el vecino de mi prima. Él fue el culpable de la muerte de mi tía. Lo odiaba con toda mi alma aunque no tuvo pura y exclusivamente la culpa de lo que pasó. Luego de lo que hizo, Andrew, fue diagnosticado como esquizofrénico y lo metieron en un psiquiátrico (como a mí, pero no en el mismo por supuesto). Así que ahora lo que me quedaba por saber era por qué Amy estaba mencionando su nombre. Y así se lo pregunté. - Tif estoy en peligro. No sé cómo pero él ya no está más internado y anda suelto, quiere matarme a mí también y, en realidad, hace unos días casi lo logra. No quiero avisarle a la policía, sabes lo que pienso de ellos; y mi padre está de viaje. Creo que esto es algo que debo hacer yo; es decir, se lo debo. El mató a mi madre ¿no? – ella ya parecía haberse recompuesto del todo, lo supuse debido a la calma con la que me dijo esto. Ok, mi prima había perdido la cabeza ¿Qué pasó con todo aquello del lloriqueo? Lo más sensato hubiera sido avisarle a la policía, al hospital o no sé, a alguien; pero no podía hacerlo en frente de ella y menos podía dejarla sola. Decidí seguirle la corriente por el momento y le pregunté si se sentiría mejor quedándose a dormir en mi casa. Su respuesta fue que no, ella prefería ir a su casa; así que la seguí hasta ahí. Mientras caminábamos hasta su hogar (que quedaba a un par de cuadras del mío) noté como la oscuridad se iba imponiendo cada vez más sobre el cielo y una suave brisa comenzaba a correr; aun así, el lugar seguía lleno de niños pidiendo dulces. En el pasado nunca me gustó mucho Andrew, él tenía algo raro, algo que no me convencía; pero nunca me imaginé que fuera esquizofrénico. Recuerdo cuando mi tía me regaló una pelota de volley y fuimos al patio a jugar con mi prima; la pelota se fue al jardín de él y, cuando fuimos a pedírsela, nos la devolvió a regañadientes, murmurando algo sobre lo molestos que eran los niños. Pasamos por mi casa, donde dejé una nota para mi hermano y mi padre avisando a dónde estaba; luego seguimos caminando hasta llegar a lo de Amy. Estuvimos un rato, me mostró que por las dudas ella tenía un arma cargada; no me gustó esa idea, pero no le dije nada. Escuchamos sonar el timbre. Mi prima se puso como loca, le dije que se calmara; es decir, era Halloween. Seguramente era alguno de aquellos niñitos pidiendo caramelos. Decidimos (o más bien decidí) que atendería yo, Amy estaría atrás mío con la pistola oculta. Abrí la puerta con cierto temor, y adivinen quién estaba: SAM, ¡cómo no! Aquel chico era insoportable. Pero bueno, Amy al verlo se tranquilizó y lo hizo pasar. Se ve que mi hermano, como llegó a casa y no había nadie, decidió venir a casa de su prima. Mientras Sam fue a ver la tele (y le puso un volumen exageradamente alto, cosa que, más adelante, me arrepentiría de no haberle recriminado), Amy y yo fuimos a la cocina a preparar algo de comer. Y a partir de ahí, todo pasó muy rápido. Estábamos discutiendo que íbamos a comer cuando mi prima se quedó paralizada mirando a la puerta de la cocina, miré hacia allí y me topé con lo que más temía. Un hombre rubio, alto y de unos 30 años. Era él, pero ¿Cómo había logrado entrar? Procuré no gritar para que Sam no se alarmara y viniera hasta acá para ver que sucedía; es que, en realidad, quiero a mi hermano, y no iba a permitir que aquel loco le hiciera algo. Andrew nos miraba fijamente, con una sonrisa sarcástica en su rostro; podía percibir su demencia en el ambiente. Y entonces dio un paso hacia nosotras. Amy, que estaba visiblemente alarmada, sacó su arma y le apunto sin decir una sola palabra. La sonrisa se borró de la cara de él, reemplazada por una mueca de miedo; como si supiera lo que le iba a pasar si intentaba hacernos algo. Mi prima, ahora pálida y con su mano temblorosa, le disparó de una vez, rápidamente, sin detenerse a pensarlo. La bala impactó en su cabeza y él cayó al piso, sangrando; a los pocos segundos murió. No lo podía creer. Mi hermanito obviamente escuchó el ruido y vino corriendo a ver que pasaba. Pude ver como el terror y la tristeza se apoderaban de sus facciones. - Tif ¿Qué has hecho? – me dijo con un sollozo, apenas audible. - ¿De qué hablas? ¡Si fue Amy! -¿Cómo? ¿Yo? ¿Acaso estaba loco? ¿No entendía que nuestra prima era la responsable? - ¡Tiffany, qué estás diciendo! ¡Tú eres la única responsable de esto, acabas de matar a un hombre! Observé a Amy, ella estaba al lado mío con la pistola en la mano, yo la podía ver. O Sam me estaba gastando una broma de muy mal gusto, o era que él estaba loco. Hay Dios, comencé a sentirme enferma. - ¿Qué hacía él aquí? ¿Porqué no está en el psiquiátrico?– le pregunte a Sam - ¿Qué psiquiátrico, Tiffany? El nunca ha ido a un lugar como ese. Andrew tocó el timbre, me dijo que escuchó ruidos en la casa y que pasaba a cerciorarse de que todo estuviera bien. Cuando le comenté que tú estabas conmigo, quiso entrar a saludarte. -Cuéntale Amy, dile que lo has hecho tú – le dije a mi prima. Pero ella no habló, sólo me observaba. Mi hermano me miraba con cara asustada, me puse nerviosa - Pero Sam, no fui yo; fue Amy, te lo juro. - Tif, Amy murió en un accidente automovilístico hace 2 años junto con nuestra tía ¿No lo recuerdas? Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y, de repente, mi prima desapareció. No me refiero a que se fue de la habitación a buscar algo, me refiero a que dejé de verla, desapareció como un fantasma. Entonces toda mi percepción de la realidad cambió. Observé el frío ambiente de la cocina, me vi a mi misma con el arma en la mano; esto no podía estar pasando ¿Qué había hecho? De pronto, las imágenes golpearon mi cabeza. Vi el auto destrozado de mi tía chocado contra un árbol, al policía que tocó timbre en nuestra casa para darnos las malas noticias; el entierro, dónde observé dos tumbas en el suelo con el respectivo nombre de cada una de mis familiares. Me vi a mi misma caminando hacia la casa de Amy, hablando sola; cargando la pistola, abriéndole la puerta a Sam con el arma escondida, yendo a la cocina, disparándole al vecino. Solté un gemido; después de todo, quizás mi prima si estaba muerta, quizás la loca era yo. Y lo último que pude ver antes de sumirme en la inconciencia fueron los apagados e inocentes ojos de Andrew.
Última edición por The girl on fire el Sáb Oct 30, 2010 8:45 am, editado 3 veces | |
|
Alaris Haces tu primera aparición pública en la arena y les encantas
Mensajes : 102 Fecha de inscripción : 20/09/2010 Edad : 33 Localización : Conectada a Matrix
| Tema: Re: Ilusión [Concurso de relatos cortos] Miér Oct 20, 2010 10:27 pm | |
| Los patéticos son aquellos que no saben apreciar lo que tienen y que le hacen daño a las personas que más los quieren, no tú, mujer! También te diré algo, a estas edades ninguno de nosotros sabemos lo que queremos y el amor es una locura. Dicen que a cierta edad nos centramos, pero no sé, habrá que esperar a ver qué pasa. Tiempo al tiempo. Y respecto al relato, sólo diré dos palabras: Mamma mía! | |
|